En un nuevo episodio de tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó este viernes una severa acusación contra China, al señalar que ha “violado totalmente” el acuerdo pactado recientemente para reducir los aranceles bilaterales, alimentando la incertidumbre en los mercados globales y reavivando temores sobre una escalada en la guerra comercial.
“China, quizás no sorprendentemente para algunos, HA VIOLADO TOTALMENTE SU ACUERDO CON NOSOTROS”, escribió Trump en su red Truth Social, apenas unas horas después de que su secretario del Tesoro, Scott Bessent, reconociera públicamente que las conversaciones con Pekín están actualmente “un poco estancadas”.
Un alto al fuego frágil
Apenas dos semanas atrás, los equipos negociadores de ambos países habían alcanzado una tregua temporal de 90 días, que implicaba una reducción recíproca de los aranceles de tres dígitos impuestos durante los últimos años. El alivio lo recibieron con entusiasmo las bolsas internacionales, que interpretaron el gesto como una señal de distensión.
Sin embargo, ese alto al fuego parece ahora estar en riesgo. En declaraciones a Fox News, Bessent explicó que, a pesar del acuerdo preliminar, el progreso ha sido “lento”, y sugirió que será necesaria una conversación directa entre Trump y su homólogo chino Xi Jinping para reactivar el proceso.
“Las cuestiones clave siguen pendientes y sin avance real”, dijo el funcionario.
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Persisten las tensiones estructurales
Más allá de los aranceles, Estados Unidos mantiene una serie de reclamos estructurales contra el modelo económico chino, dominado por empresas estatales, subsidios a industrias clave y fuertes restricciones al acceso de empresas extranjeras al mercado interno. Estos temas, que fueron excluidos de la tregua inicial, siguen generando fricciones.
El Representante de Comercio estadounidense, Jamieson Greer, fue aún más explícito al acusar a China de “enlentecer y ahogar cosas como los minerales críticos” y de mantener prácticas comerciales desleales. En entrevista con CNBC, Greer subrayó que “el déficit comercial de Estados Unidos con China sigue siendo enorme” y que no se perciben cambios sustanciales en el comportamiento económico de Pekín.
¿Un retorno a la confrontación?
Las declaraciones de Trump marcan un posible viraje hacia una postura más confrontativa, luego de semanas de aparente voluntad negociadora. Con la campaña electoral estadounidense en pleno desarrollo, el discurso proteccionista del presidente vuelve a posicionarse como un eje político central.
Analistas apuntan que la retórica de Trump podría estar orientada tanto a presionar a China como a reforzar su imagen de firmeza ante los votantes estadounidenses. Sin embargo, el riesgo es alto: un nuevo colapso de las negociaciones podría reactivar los aranceles y afectar el comercio bilateral, con consecuencias económicas globales.
En este contexto, la expectativa gira ahora en torno a un posible encuentro entre Trump y Xi Jinping, que podría tener lugar en las próximas semanas si se logra destrabar la actual parálisis diplomática. Voceros de la Casa Blanca no confirmaron fecha ni lugar para esa posible reunión, pero admitieron que “la línea de comunicación directa entre ambos líderes sigue abierta”.