Las remesas enviadas por los migrantes de Aguascalientes desde Estados Unidos han sido durante años un pilar fundamental para la economía estatal. Casi la mitad del presupuesto público del estado depende de ese dinero que llega a las familias, principalmente a las comunidades más vulnerables.
Sin embargo, en los últimos meses, este flujo mostró una reducción significativa. Esto representa un reto para muchas personas que viven de estos recursos.
Remesas: La comunidad migrante y el impacto en las finanzas locales
Se calcula que alrededor de 153 mil hidrocálidos residen en diferentes estados de Estados Unidos. Esta población migrante sostiene a sus familias a través de las remesas que envían regularmente. El año pasado, las transferencias casi alcanzaron los mil millones de dólares, equivalentes a 17 mil millones de pesos, un monto que refleja su enorme peso en la economía local.
No obstante, la situación cambió debido al aumento en las redadas y las políticas migratorias restrictivas. La incertidumbre y el miedo que estas generan llevan a muchos migrantes a reducir sus actividades laborales, por temor a ser detenidos. Como consecuencia, la cantidad de dinero enviada a Aguascalientes disminuyó alrededor de un 10%.
Aguascalientes: Consecuencias sociales y económicas de la baja en remesas
La caída en las remesas no solo impacta las finanzas de las familias que dependen directamente de esos ingresos, sino que también afecta el bienestar social y emocional de muchas personas. La incertidumbre y el ambiente hostil generan estrés y preocupación en la comunidad migrante, lo que influye en su salud mental y estabilidad familiar.
Además, la reducción de estos recursos tiene un efecto dominó en la economía estatal, ya que disminuyen los ingresos que alimentan el consumo local y las pequeñas economías rurales. La dependencia de las remesas como una fuente casi vital de recursos hace que cualquier fluctuación tenga consecuencias profundas para Aguascalientes.
